
En 1984 se realizó el primer experimento de control. Los primeros dos
voluntarios se desmayaron y experimentaron serias dificultades después de tan solo 6 minutos de estar colgados. El experimento fué considerado muy peligroso y se cancelo inmediatamente. Sin embargo se concluyó que un espeleologísta completamente sano puede morir rápidamente suspendido en la cuerda si permanece colgando totalmente sin movimiento en el arnés de pelvis. La ausencia de movimiento ocurre inevitablemente cada vez que un espeleologísta o un escalador se encuentra inconciente; por ejemplo después de un traumatismo craneoencefálico.
Este nuevo diagnóstico es sospecha ahora en algunas muertes ocurridas sin causa que fueron aparente de "fatiga". La gravedad de éste fenómeno y la esperanza de encontrar una solución nos ha permitido organizar nuevos experimentos, pero en esta ocasión en el hospital bajo condiciones de seguridad. Estos nuevos experimentos se realizaron en el Hospital de Besancon donde completo equipo médico estaba disponible. Los parámetros vigilados fueron:
-Pulso.
-Presión arterial.
-Electrocardiograma.
-Electroencefalograma.
-Diferentes exámenes de sangre.
-Presión arterial.
-Electrocardiograma.
-Electroencefalograma.
-Diferentes exámenes de sangre.
A pesar de la disponibilidad de equipo de reanimación, el personal encargado de los experimentos ordenó la pronta desconexión del arnés para los voluntarios antes de presentarse algún daño grave. 3 diferentes experimentos se realizaron al mismo tiempo. El primer voluntario se encontraba en una situación "real", con su cabeza en hiperextension y sus piernas colgando abajo del nivel del corazón. El segundo voluntario usaba un soporte para excluir la hiperextension pero sus piernas también se encontraban colgando. El tercer voluntario tenia su cabeza en hiperextension pero sus pies se encontraban en la cuerda en asa (sistema "Frog") que lo sostenía en una posición horizontal.
En los tres casos los voluntarios presentaron considerables problemas después de 12-13 minutos colgando

Para los tres experimentos existieron cambios similares en cuanto a la frecuencia cardiaca y presión arterial. Estos cambos ilustran los esfuerzos del sistema cardiovascular para adaptarse a una situación estresante.
En el primer caso el voluntario sintió desmayarse después de 10 minutos. Al principio el pulso era normal de 80, pero progresivamente este se incremento hasta que se produjo el desmayo. Simultáneamente la presión arterial fue normal al principio con 120/80 y después se incremento anormalmente hasta 180/120. El voluntario se desmayó presentando flushes calientes, palidez, sudoración abundante, dificultad respiratoria durante el incremento más importante del pulso y presión arterial. Sin una rápida desconexión del arnés el desmayo hubiera tenido consecuencias graves. Desconectar antes de presentarse el desmayo provoca además un masivo retorno de la sangre de las piernas al corazón y los signos de desmayo persisten por algunos minutos.
Por otro lado la hiperextension de la cabeza es muy dolorosa y permite la presentación del desmayo más rápidamente. Una corrección manual de la hiperextension disminuye el problema pero el pulso y la presión arterial se encuentran acelerados de nuevo en 5 minutos. Para evitar un segundo desmayo, la persona fue desconectada del arnés.
En el segundo caso gracias al soporte de la cabeza podemos decir que la causa del desmayo no fue de origen cervical y en este caso la desconexión se realizo a los 20 minutos.
En el tercer caso desafortunadamente no pudimos evitar el desmayo aunque las piernas del voluntario se encontraban en posición más alta. Se señala que el activo movimiento de las piernas es algo muy importante pero solo por un corto tiempo; ya que después los problemas se agravan rápidamente.
Es casi seguro que lo referido anteriormente es lo que ha ocurrido en todos los casos de muerte referidos como "fatiga".
El fenómeno de desmayo es una materia médica difícil de explicar pero se puede concluir lo siguiente: En cualquier tipo de arnés la suspencion sin movimiento causa muy serios problemas sanguíneos. Parece poco útil tratar de inventar un arnés especial.
Los experimentos realizados nos dejan las siguientes recomendaciones:
El fenómeno de desmayo es una materia médica difícil de explicar pero se puede concluir lo siguiente: En cualquier tipo de arnés la suspencion sin movimiento causa muy serios problemas sanguíneos. Parece poco útil tratar de inventar un arnés especial.
Los experimentos realizados nos dejan las siguientes recomendaciones:
-Un escalador con problemas en una cuerda debido a fatiga o problemas técnicos debe recibir ayuda rápidamente.
-Un escalador colgando completamente inmóvil debe ser desconectado por otro(s) compañero(s) del equipo.
-El equipo no debe permitir a ninguno de sus miembros iniciar un ascenso en la cuerda solo, aun si se encuentra en la mejor condición física.
-Un espeleologísta cansado debe evitar iniciar el ascenso de una cuerda larga y difícil, especialmente en un pozo húmedo sin estar completamente recuperado. Debe además tener consigo su comida y abrigo extras.
-Es aconsejable ingerir 1 o 2 aspirinas para reducir el nivel se soluto en sangre y evitar coágulos producidos por la inmovilización de los miembros inferiores que puedan derivar en una embolia.
-Es aconsejable ingerir 1 o 2 aspirinas para reducir el nivel se soluto en sangre y evitar coágulos producidos por la inmovilización de los miembros inferiores que puedan derivar en una embolia.
-Es importante intentar mantener las piernas en movimiento y no utilizar el el arnés muy ajustado para que este deje que las piernas tengan más libertad y menos compresión al no permanecer permanentemente ajustadas a las piernas.
Con las recomendaciones anteriores uno debe ser capaz de evitar el peligro de la inmovilidad al estar suspendido de alguna cuerda. Hoy en día esto es causa de muchas muertes, pero no deberá existir en el futuro.
Producido por la Federación Francesa de Espeleológica y publicado en The Toronto Caver (en ingles), Mayo de 1994. Traducido al español por LexiCo. Translations para el GOER.
©2008 GOER